Los
tiburones blancos se caracterizan por su cuerpo fusiforme y gran
robustez, en contraste con las formas aplastadas que suelen lucir
otros tiburones. El morro es cónico, corto y grueso. La boca, muy
grande y redondeada, tiene forma de arco. Permanece siempre
entreabierta, dejando ver al menos una hilera de dientes de la
quijada superior y una o dos de la inferior, mientras el agua penetra
en ella y sale continuamente por las branquias. Si este flujo se
detuviese, el tiburón se ahogaría por carecer de opérculos
para
regular el paso correcto del agua, y se hundiría en la misma, ya que
al no poseer tampoco vejiga
natatoria se
ve condenado a estar en continuo movimiento para evitarlo.
Durante
el ataque, las fauces se abren hasta tal punto que la forma de la
cabeza se deforma pues la mandíbula se desprende de su cabeza, y se
cierran luego con una fuerza 300 veces superior a la de una mandíbula
humana.
Los
dientes son grandes, aserrados, de forma triangular y muy anchos. Al
contrario que otros tiburones, no poseen diastema
ni
reducción de diente alguno, sino que tienen toda la quijada provista
de dientes alineados e igualmente capaces de aferrar, cortar y
desgarrar. Detrás de las dos hileras de dientes principales, los
tiburones blancos tienen dos o tres más en continuo crecimiento que
suplen la frecuente caída de dientes con otros nuevos y se van
reemplazando por nuevas hileras a lo largo de los años. La base del
diente carece de raíz y se encuentra bifurcada, dándole una
apariencia inconfundible en forma de punta de flecha.
Tiburón
blanco en las aguas de Sudafrica.
Los
orificios nasales (narinas) son muy estrechos, mientras que los ojos
son pequeños, circulares y completamente negros. En los costados se
sitúan cinco hendiduras branquiales, dos aletas pectorales bien
desarrolladas y de forma triangular y otras dos, cerca de la aleta
caudal, mucho más pequeñas. La caudal está muy desarrollada, al
igual que la gran aleta dorsal de su lomo, de forma inconfundible
para cualquiera. Otras dos aletas pequeñas (segunda dorsal y anal)
cerca de la cola, completan el aspecto de este animal.
A
pesar de su nombre, el jaquetón sólo es blanco en su parte ventral,
mientras que la dorsal es gris o azulada. Este patrón, común en
muchos animales acuáticos, sirve para confundirse con la luz solar
(en caso de mirarse desde abajo) o con las oscuras aguas marinas (en
caso de hacerlo desde arriba), constituyendo un camuflaje tan simple
como efectivo. El extremo de la parte ventral de las aletas
escapulares y la zona de las axilas aparecen teñidos de negro. La
piel, muy áspera, se compone de duras escamas llamadas dentículos
dérmicos por su forma afilada.
No
obstante, la denominación de "tiburón blanco" podría
tener su lógica en el caso de avistarse ejemplares albinos
de
esta especie, que aunque son muy raros existen. En 1996
se
pescó en las costas de El
Cabo Oriental (Sudáfrica)
una hembra joven de apenas 145 cm
que
exhibía esta rara característica.
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